Operar en un mundo multinube

Desde hace ya un año o más, la transición al trabajo híbrido se aceleró con fuerza y puso de relieve los desafíos a los que se enfrentan las empresas a la hora de alcanzar un objetivo y, al mismo tiempo, mantener la coherencia en la seguridad y la experiencia del usuario.
La transición hacia la multinube
Durante los últimos años, las organizaciones han migrado su trabajo y sus apps de centros de datos a entornos multinube. Ahora, gran parte del tráfico esencial de muchas organizaciones está basado en la internet, pero su constante dependencia de los centros de datos (un elemento clave de las arquitecturas tradicionales relegadas) crea un intermediario innecesario desde el punto de vista del rendimiento. Para los usuarios finales remotos o en las sucursales, el resultado es una mala calidad de experiencia (QoE) en relación con cargas de trabajo y apps críticas basadas en la nube que deben tomar, de manera forzosa, un camino más largo.
Una de las posibles soluciones para mejorar la QoE sería permitir que el tráfico basado en Internet evitara completamente el centro de datos y tenga acceso a internet directo (DIA). ¿Pero qué hay de la seguridad? Es precisamente por ese motivo que muchas organizaciones solían quedarse (y algunas aún lo hacen) con la arquitectura tradicional radial, por las medidas de seguridad de la empresa en el centro de datos.
En una línea similar, los profesionales de TI continúan desplegando tecnologías para actualizar la infraestructura o admitir nuevas iniciativas digitales. Existen varias razones (algunas complejas) de por qué, en definitiva, muchas organizaciones de TI operan con una infraestructura compuesta por tecnología de varios proveedores. Con cada nuevo proveedor, aumenta la carga de trabajo de mantenimiento, gestión y seguridad de los equipos de TI. Los entornos con varios proveedores se encuentran compartimentados y poseen integraciones que suelen ser complejas y permiten una visibilidad limitada, en el mejor de los casos. En general, la única opción real para detectar usuarios que experimentan un mal rendimiento son los tickets de cada usuario en el centro de ayuda.
En esencia, este tipo de entorno complejo es frágil y lento cuando se expone al desafío de cambiar rápidamente.
El efecto amplificador de la pandemia
La transición gradual hacia una fuerza de trabajo mixta ocurrió de un día para el otro. De repente, los equipos de TI se encontraron a sí mismos brindando soporte a usuarios ubicados en muchísimos lugares diferentes.
Además de tan solo conectar a los empleados con los recursos que necesitaban, se enfrentaron al enorme desafío de replicar el centro de datos o las medidas de seguridad de la sucursal fuera de las instalaciones. La QoE es casi tan importante como la seguridad. ¿De qué manera puede el sector de TI maximizar el rendimiento de las cargas de trabajo y las apps fundamentales de los empleados fuera del entorno SD-WAN de la oficina?
Según un estudio realizado por Freeform Dynamics, la demanda de una QoE optimizada y única se volverá significativa y, en tanto el trabajo remoto continúe de una u otra manera, esta necesidad no tendrá fin. En una encuesta de Gartner, el 90% de los participantes afirmaron que esperan poder continuar trabajando de forma remota, al menos a medio tiempo, incluso luego de que la mayoría de las personas se haya vacunado contra el COVID?19.
El camino que se debe seguir
En definitiva, lo que se espera es que las organizaciones de TI alcancen coherencia en relación con la seguridad y la QoE a largo plazo, más allá de dónde se encuentre ubicado el usuario final.
Aquí es donde SASE entra en juego, ya que ese es justamente su objetivo.
SASE, que se pronuncia «sasi» y es la abreviatura de Secure Access Service Edge, es una solución de arquitectura consolidada que proporciona niveles eficaces y homogéneos de seguridad y experiencia para los usuarios desde cualquier lugar (es decir, la oficina, el hogar, la cafetería, etc.) y en cualquier dispositivo. Para lograrlo, SASE propone combinar funciones de red y de seguridad en la red, y las convierte en un modelo local en la nube como servicio.
Para las empresas, los socios y los proveedores, esta arquitectura será un verdadero recorrido en evolución al largo plazo. Existen varios factores que influyen sobre el alcance y el momento de la implementación de la arquitectura SASE para las empresas.